lunes, 26 de noviembre de 2012

Congreso en la Clínica Universitaria de Sojuela


Iniciando la cena



En las camarillas

Llanto de un tullido veterano
Amigo Linouru y amiga Esther; vencido y desarmado el ejército rojo de
náufragos y tullidos, un "viejales" salido de la madre-madrastra cántabra el año 60, lanza a los cuatro vientos cardinales o episcopales su llanto exculpatorio dirigido, como no podía ser menos, a los ilustres y desvencijados cofrades de Sojuela reunidos en la misma el 24 de Noviembre en el marco incomparable de su Particular Clínica Universitaria:
"No pudo ser, amadísimos cofrades. No pudo ser el encuentro por mor de una rencorosa noche toledana que me dejó más tullido de lo habitual e incapacitado para el raylle Algorta-Sojuela, uno más de los practicados habitualmente (aunque con cada vez menos "habitualidad" y mayor peligro para conductor y copilota). Las delicias riojanas que se prometían, quedaron en agua de borrajas y omeprazol. Mientras tanto, amadísimos, vosotros os poníais como quicos a pesar de los achaques y le dábais a la "muy", hasta altas horas de la madrugada. !Que envidia esas camarillas con el sueño pesado del cabritillo y los escogidos espiritosos de la Rioja Alta! !Ah! y sin sádicos maestrillos que vigilaran vuestro dormir.. No obstante, observo que algún cofrade dejó los zapatos alineados, incorregible romántico seguramente, que esperaba la llegada de los reyes magos o la del rey maltrecho en su elefante malherido (al margen de nuestro acendrado republicanismo propondría tímidamente a la Cofradía que librase una invitación al Monarca a esa milagrosa Clínica Universitaria donde con un banquetazo "ad hoc" lo pudiéramos rematar definitivamente) .
A pesar de los trece o catorce años que nos separaron y separan (salí de la Ponti el 60, el mismo en el que entrasteis algunos de vosotros) ha sido un honor para mi que, sin certificado previo de "tullidez", me hayáis admitido en el coto de los lisiados. Tengo el certificado y me precio desde hace muchísimos años, de ser un inválido experimentado.
Ello me permitió disfrutar de una bula casi romana para pasar por la Casa Madre sin mancharla ni..., y me ha servido ahora para, no sé si merecer o no, vuestra generosa invitación. Para dejar constancia fidedigna de la lejanía en mi condición de inválido total, ahí van dos documentos gráficos irreprochables. En uno, pidiendo limosna en un"arrabal" de la Pontificia, donde ahora está el aparcamiento.
En el otro, en mi condición de "Cicatrices", en la enfermería exclusiva del Hermano Castillo. Junto a mí, otros dos lisiados que por la patilla se alojaban interinamente en tan selecto círculo; Uno, Silva, el famoso Padre Silva de la "Ciudad de los muchachos". El otro, Bernardino Martinez Hernando que fuera posteriormente director de "Vida Nueva" y con el que compartí transmisiones y meriendas con tocino y otros sacramentos en la Cabina Radiofónica pegada a la vidriera de nuestra Iglesia. !Tiempos!.
Agradecido a todos, a vosotros Lino y Esther, y a Alejandro, Alfonso, Somalo, Paco Burón.. a todos y todas las-los de Sojuela.. y honrado por vuestra invitación se despide este veterano tullido con el tradicional "Arriba parias de la tierra, en pié (los que podamos) famélica Legión..".
 Xabier S. Erauskin
 

1 comentario:

Lino Uruñuela dijo...

Amigo Xabier, contesto tarde a tu "epístola a los lisiados" porque Esther y yo hicimos una excursión de varios días a la capital del reino y luego entre ponte bien y estáte quieto nos hemos plantado en el día de la Constitución pero más vale tarde que nunca.
La velada fue estupenda y se os echó de menos a Menchu y a tí ya que no hay mejor colofón a una reunión de lisiados que un ABATON, nada menos que un ser al que en su día le partió un rayo y logró sobrevivir, ahí es nada, eso sí con algún que otro achaque...
Lo que no sabían los que vinieron era que todo estaba subvencionado por el gobierno para ver si la palmábamos unos cuantos y se ahorraban las pensiones. Pero no, todos sobrevivimos a las patatas con chorizo estupendas que preparó Esther y al cabrito asado, que tú ya conoces y a los postres de todo tipo y al vino que trajo el galeno Somalo y a la cena con su sopa de ajo picante que no se la salta un gitano, con sus licores correspondientes hasta las tres de la madrugada y la dormida de algunos en camarillas... Incluso el gobierno financió una excursión nocturna por el monte de las bodegas de Sojuela a ver si nos despeñábamos alguno pero para su deseperación no hubo ninguna baja tampoco.
Ahora bien, igual ha habido bajas retardadas porque no ha aparecido ninguno por el blog...
Te esperamos en la próxima. Un abrazo.