Amigo Ligorio: Fiel al compromiso que adquirí contigo, tal vez con demasiada ligereza, de escribir siempre que tú escribieras (¡qué torpeza la mía el pensar que nunca lo harías!) aquí estoy al pie del cañón a comentar algunas impresiones que me provocaron la visita del sábado 17 a nuestro seminario.
“Juntos, recorriendo lo restaurado, concelebramos la liturgia del recuerdo”, dices tú, pero a mí eso sólo me ocurrió en parte. Reviví a Mariano en su portería ¡cómo no! Y recordaba cómo bajaba yo los martes a consultar en el MARCA que le encargaba un teólogo con posibles qué había hecho ese domingo el Logroñés, que por aquel entonces se batía en Tercera División con el Eibar, el Tudelano y el Mirandés. Mariano me dejaba leer un rato el periódico en correspondencia a la propina que le daba mi padre en Navidad. Un día recuerdo... ( + )
jueves, 29 de septiembre de 2011
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