Paco Burón nos invitaba a todos a un paseo por Oyambre hasta el Pájaro Amarillo para recordar viejos tiempos pero Rivas me dice que han quitado el monumento porque estaba hecho polvo. ¡Qué ignominia! Yo propongo reparar semejante atropello y volver a "entronizar" al pájaro (así se decía entonces con el Corazón de Jesús) solemnemente el día que vayamos por allí. Para ello Alejandro se ha ofrecido a aportar el pedestal (un cañizo de los que le quitan el sueño en la finca) y sobre él pincharíamos un auténtico pájaro amarillo, eso sí, de peluche,o mejor de goma para que dure más, el más bonito que seamos capaces de encontrar entre todos. Podéis robárselo a vuestra nieta en un descuido (¡ya está bien de tanta tontería y tiquismiquis con los nenes que cuidamos!) o pillarlo en el chino más cercano, que seguro que lo tienen, ¡qué no tienen en un chino!
A propósito de la entronización del Corazón de Jesús, aún recuerdo cuando lo entronizaron en mi casa y lo dejaron en una peana en el comedor, con una lucecita encima. Entraron cantando varios curas perfectamente disfrazados y yo estaba aterrado en un rincón de la sala, procurando que no me vieran. Recuerdo que me pregunté para mis adentros cuándo coño habrían entronizado el aparato de radio que estaba justo enfrente también sobre su peanita... ¡pensamientos inocentes de la edad temprana!
2 comentarios:
El Pájaro Amarillo me trae a la memoria los gloriosos días de campo que pasábamos entre las dunas y las olas. Sólo el hambre nos hacía volver al redil, a devorar la pitanza que llegaba en aquel viejo Ebro de cabina granate. Apoyo la iniciativa del pájaro pinchado en un palo.
También en mi casa hubo entronización de la víscera sagrada. La ofició un cura venido expresamente de Pamplona. Yo no la presencié porque me faltaba año y pico para nacer.
Hace poco más de dos años (parece mentira) a pocos metros de mi casa tuvo lugar la beatificación del principal promotor de esta divina casquería, el P. Hoyos, a quien le fue hecha la famosa promesa: "Reinaré en España y con mayor veneración que en otras muchas partes". Es de suponer que Margarita María de Alacoque, santa endecasílaba y francesa, protestaría ante la suprema corte celestial por el desdén que la promesa suponía para sus paisanos, después de haber sido ella la inventora de la devoción.
Saludos.
Alfonso.
He visto tu comentario y se me ha ocurrido que como ya no existe el pájaro amarillo, podíamos hacer una selección para colocar en su lugar otro pájaro de carne y hueso. Yo estuve este verano dando un paseo por Oyambre y sustituí al pájaro amarillo. Es verdad que tiene menos historia, pero seguro que trae otros recuerdos de la playa de Oyambre.
Yo me acuerdo de los días de campo y la comida que llevaban en el camión - camioneta para repartir en el campo de golf. ¡Qué días más bonitos después de haber ido en binas o ternas desde el seminario!
Una de las imágenes que tengo grabadas de la ría es la de una tarde en que nos habíamos bañado en la ría. Ya la ría estaba en pleamar y nosotros estábamos para salir para la uni por el atajo del Máximo, cuando de pronto alguien gritó: mirad. Al fijarnos en la ría pasaba por allí un pez que a mí me pareció muy grande, enorme y si no era un tiburón, al menos, era una ballena. Paseaba sin que nadie le molestara alrededor de la roca, que poco antes nosotros habíamos ocupado para saltar desde allí al agua. Muchas veces veo ese pez surcando la ría y cada vez me sigo asombrando de esa visión. No me preguntéis en qué curso fue, supongo que sería en quinto o sexto. ¿Alguien puede recuperar mi Alzheimer? Nos vemos pronto. Un abrazo
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